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sábado, 8 de agosto de 2015

CEREBRO: entiendelo


Estanislao Bachrach: "El cerebro no se gasta con el uso"

Fue profesor en Harvard, escribió un best seller sobre cómo ser más creativo y tiene una columna de neurociencia en Perros de la calle

Por Soledad Vallejos | LA NACION
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Foto: Oliver Kornblihtt

Podría decirse que la raíz del éxito del libro de Estanislao Bachrach (41), autor de Ágilmente (Sudamericana), académico de Harvard y doctor en biología molecular, está en una plaza, justo detrás de la hamaca donde este científico argentino suele llevar a Uma, su pequeña hija. De hecho, allí estaba Bachrach cuando un remolino de ideas que comenzó a golpear en su frente lo hizo reaccionar, lo empujó a investigar por qué las ideas (algo que casi todos han experimentado alguna vez) suelen revelarse en los lugares y momentos menos pensados. "Pero, fundamentalmente, se manifiestan más seguido cuando estamos relajados", dispara Bachrach, en los primeros párrafos de su libro, un compendio de casi 400 páginas en el que el científico propone romper con los patrones repetitivos de pensamiento para potenciar la creatividad y vivir mejor.

¿Cómo? "Estani", como lo llaman sus amigos, quienes lo conocen en la Universidad Torcuato Di Tella -donde hoy se desempeña como profesor de Liderazgo e Innovación- y también sus compañeros de radio en el programa Perros de la Calle, donde jueves por medio tiene una columna propia, encontró las respuestas en la neurociencia. "Tu cerebro puede seguir aprendiendo y cambiando todos los días de tu vida. Eso se conoce como neuroplasticidad, y la buena noticia es que es el único órgano del cuerpo que no se gasta con el uso", asegura Bachrach.

Un día antes de morir, o después de leer Ágilmente (por qué no), el hemisferio derecho del cerebro puede despertarse, multiplicar las buenas ideas, los tan esperados insights o revelaciones. Y así ser más creativos, y felices...

-¿Por qué un científico elige escribir un libro de autoayuda, un género tan bastardeado?
-Yo no escribí un libro de autoayuda. Yo escribí un libro, y si las editoriales o el mundo de los libreros lo cataloga como de autoayuda, no me importa. No me avergüenza. Si lo leés, lo aplicás en tu vida y eso te aporta algo bueno y te ayuda, mejor. Estoy tan seguro de lo que hago y de lo que escribí, sobre todo de dónde saqué la información, que no me importa cómo se catalogue el libro. Fui a la facultad ininterrumpidamente durante 17 años. Me gusta estudiar, no es algo envidiable, es fácil para mí porque es lo que me gusta hacer. Y el libro lo escribí totalmente convencido.

-Al final de cada capítulo, hay ejercicios y tips. ¿Certificás que eso funciona?
-Totalmente. Hace unos años que trabajo en organizaciones nacionales e internacionales en temas de creatividad e innovación, y veo a la gente más feliz y más creativa. Me escriben mails, me agradecen, me cuentan cosas que les sucedieron. Veo el impacto real en las personas. Y eso me estimuló a escribir el libro.

-¿Tu trabajo es ayudar a que la gente sea más creativa?
-Como consultor externo sí. Pero fundamentalmente soy científico, estudio e investigo las empresas. ¿Cuáles? Las que innovan, y cómo lo hacen, con la gente más creativa. ¿Y son creativos por talento? No, por la forma de trabajar, por la dinámica de laburo. Mi intención es explicar, desde la neurociencia, cómo es posible tener más ideas en el laburo y ser más feliz.

-¿Es cierto que la oficina es el peor sitio para tener ideas?
-Es el peor lugar cuando estás todo el día non-stop. Cuando estás apagando los fuegos de ayer, cuando laburás bajo presión y estresado. Así es muy difícil. Y acá viene la explicación neurocientífica.

-¿Y cuál es?
-En esas condiciones, hay mucha electricidad en el córtex prefrontal [que tiene que ver con la razón y la lógica], y las ideas vienen de atrás, del inconsciente. Si vos estás con mucho ruido adelante, debajo de la frente, las ideas no entran. Entonces necesitás frenar. La ciencia te muestra que cuando frenás, cambia la electricidad del cerebro, pasa de beta a alpha. Beta es esta charla, por ejemplo, atento. Durante esta conversación, no saldrán nuevas ideas. Alpha es más relajado, con alpha silenciás el córtex y empiezan a llover las ideas. Pero la gente suele cometer un error. Pretende tener una buena idea, y lo que hay que hacer es tener muchas. Eso es estadística. Cuanto más estrés, tensión y presión para demostrarle algo a tu jefe, menos ideas surgirán.

-Pero una cuota de adrenalina es necesaria. ¿O no?
-Sí, muy bien, es así. Todos los cerebros funcionan de manera eficiente con un determinado nivel de noradrenalina y dopamina, los dos neurotransmisores del cerebro. Pero lo que hay que saber es que la curva de eficiencia tuya es muy distinta de la mía. Lo que quiero decir es que vos necesitás cierta cantidad de ese nivel de estrés, y yo, tal vez, el doble o la mitad. Entonces, si yo le pido a mi gente que trabaje como yo, le estoy pifiando. Cuanto más conozco lo que necesito y lo que necesitan los otros [una mañana libre, una taza de café, apagar la computadora por unas horas, una siesta...] mejor. El autoconocimiento: otro género tan importante y bastardeado.

-¿Y la meditación, que también mencionás en el texto, es la mejor herramienta para eso?
-Esto lo contesto como Estanislao, no como profesional. A mí la técnica no me interesa, también puede ser la religión, la terapia cognitiva, el psicoanálisis o el deporte. Lo importante es encontrar una que te permita conocerte. Yo soy mi primer conejillo de Indias, y a mí la meditación me cambió la vida.

-¿El cerebro de alguien que medita es distinto del que no lo hace?
-Una resonancia magnética nuclear de un meditador muestra que su cerebro tiene encendidas áreas de la creatividad, del foco, de la concentración. Es sencillo: en lugar de hacer bíceps, el que medita todos los días hace foco, por eso puede concentrarse mucho mejor.

-¿Cómo se ve un insight dentro del cerebro?
-Eléctricamente se ve como una onda gama, que es un tipo de electricidad. De alpha se convierte a gama. La conversión dura medio segundo. La puedo ver, ahí viene la idea, y ese alto contenido energético da mucho placer y felicidad.

-Pero ¿entonces no hay gente naturalmente creativa?
-Sí, un 2% de la población tiene naturalmente ese talento. En promedio, una persona tiene unos 65.000 pensamientos conscientes por día, y el 95% son iguales a los de ayer y también a los de mañana.

Ver más: 
- https://www.youtube.com/watch?v=2QgvLb4uFFU

- https://www.youtube.com/watch?
v=OufczQfFq74

http://noticias.perfil.com/2013/03/27/la-gente-me-pide-la-formula-magica/

viernes, 7 de agosto de 2015

CEREBRO ENTRENADO





El cerebro necesita de ejercicios para funcionar mejor, de la misma forma que nuestro cuerpo necesita de la gimnasia para mantenerse lleno de energía y saludable.
Con el correr de los años, el cerebro también va perdiendo su capacidad productiva, y si no se entrena comienza a fallar. El neurocientífico estadounidense Larry Katz, autor del libro Mantenga vivo su cerebro, creó la llamada “neurótica”, es decir, una rutina de ejercicios especiales para el cerebro.
La teoría de Katz se basa en el argumento de que, igual que el cuerpo necesita ejercicios para desarrollarse en forma plena y equilibrada, la mente también necesita de entrenamiento y estimulación. Es común, por ejemplo, que ciertas rutinas sean llevadas a cabo de forma mecánica y hasta inconsciente.
“El objetivo de la aeróbica es estimular los cinco sentidos con ejercicios, obligándonos a prestar más atención a las acciones que llevamos a cabo a diario, lo cual mejora nuestro poder de atención y memoria.”, explica la psicóloga especialista en análisis cognitivo Mariuza Pregnolato. “No se trata de sumar nuevas actividades a su rutina, sino de hacerlas de forma diferente a como las lleva a cabo todos los días.” Explica la especialista.
Según el neurólogo de la Universidad Federal de Sao Paulo, Ivan Okamoto, los ejercicios “neurobicos” ayudan a desarrollar habilidades motoras y mentales que no tenemos en nuestra cotidianidad, si bien éstas no se relacionan con la memoria.


¿Cómo funciona la gimnasia neurótica?
La neurótica consiste en la inversión del orden de algunos movimientos comunes en nuestra rutina diaria; ello altera nuestra percepción sin por ello alterar nuestra rutina. El objetivo es ejecutar de forma consciente las acciones que generan reacciones emocionales y cerebrales.
La propuesta de la neurótica es cambiar las rutinas para “forzar” la memoria. Por eso es recomendable cambiar la ruta para ir al trabajo, por ejemplo, que significa una vuelta de tuerca en la rutina.


Cuerpo adulto y mente joven
La neurótica no le devolverá el cerebro de los 20 años, pero le podrá ayudar a ingresar al archivo de memorias. “No podemos aumentar nuestra capacidad cerebral, pero con el ejercicio usted puede activar esas áreas del cerebro que dejó de usar por falta de entrenamiento, explica Mariuza.
“La única manera de estimular el cerebro es ejercitándolo. Por eso quien siempre atiende a su cerebro reduce las probabilidades de sufrir enfermedades cerebrales como el al de Alzheimer.


El entrenamiento, paso a paso
El desafío de la neurótica es hacer todo lo contrario a los actos automáticos, obligando al cerebro a un esfuerzo adicional. Por ejemplo:
1-Use el reloj de pulsera en el brazo contrario al que lo usa habitualmente.
2-Camine de adelante hacia atrás por su casa.
3-Vístase con los ojos cerrados.

4-Estimule el paladar probando comidas diferentes.
5-Lea o vea fotos al revés, concentrándose en detalles en los cuales nunca había reparado.
6-Ponga el reloj ante un espejo para ver la hora al revés.
7-Cambie el Mouse de la computadora para el otro lado del teclado.
8-Escriba o cepíllese los dientes usando la mano menos hábil.
9-Camino al trabajo o a un lugar adonde va habitualmente, haga un trayecto diferente al habitual.
10-Redacte, al final del día, una lista con los nombres de las personas con las que conversó ese día.
11-Hojee alguna revista y busque una foto que le llame la atención. Luego piense 25 adjetivos que crea que describen la imagen o tema fotografiado.
12-Cuando vaya a un restaurante, intente identificar los ingredientes que componen el plato elegido, y concéntrese en los sabores más sutiles.
13-Al entrar a un salón muy concurrido, intente calcular cuántas personas están del lado derecho y cuántas del lado izquierdo. Fíjese en los detalles de la decoración y enumérelos con los ojos cerrados.
14-Seleccione una frase de un libro e intente formar una frase diferente usando las mismas palabras.
15-Pruebe jugar a algún juego que nunca antes haya practicado.
16-Compre un rompecabezas e intente encajar las piezas correctas lo más rápido posible. Repita el ejercicio para ver sus progresos en velocidad.
17-Trate de memorizar la lista de compras.
18-Consulte el diccionario y aprenda una nueva palabra por día, e intente usarlas en sus conversaciones diarias.
19-Escuche las noticias de la radio y la televisión en cuanto se despierte y, más tarde, haga una lista con las cosas más importantes.
20-Al leer una palabra, piense en otras cinco que comienzan con la misma letra.

martes, 4 de agosto de 2015

MEDITACIÓN Y MEDICINA


La meditación ya es parte de la terapia con el médico
Cada vez más profesionales la utilizan y la recetan como complemento. Y se tratan desde pacientes con enfermedades neurológicas hasta casos de Mal de Parkinson y cáncer.
Concentrarse en el presente, sin “colgarse”en los momentos del pasado, ni preocuparse por el futuro. En ese estado de meditación, la mente se aquieta, y la práctica constante tiene múltiples beneficios para la salud: reduce el estrés, la ansiedad y la soledad. Baja la presión arterial, y el deseo de fumar tabaco. Permite controlar el dolor crónico. Contribuye a controlar la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer. A partir de las evidencias de esos beneficios en estudios científicos, ahora los médicos están recetando también la práctica diaria de meditación.
No es una cuestión “alternativa” sino un complemento a los tratamientos convencionales.
Uno de los pioneros fue Alberto Lóizaga, médico clínico y psicoanalista, que ya usaba la meditación trascendental cuando estaba en el Hospital de Clínicas de la UBA, y más adelante fundó el Centro Actitudes que sanan. “Se habla primero con el paciente, y se usa la meditación para que se dé cuenta que los pensamientos que tiene puede perjudicarlo tanto en su salud física como psíquica. A veces hay cargas del pasado, no resueltas, porque no se perdonaron heridas o se tienen expectativas demasiados ansiosas sobre el futuro. Con la meditación, se consigue disolver esas cargas, y concentrarse en la presencia continua”, explicó Lóizaga.

El médico dará pronto una charla gratuita (en Fundación Columbia, Borges 2020, Capital, el 14 de agosto a las 19 horas).

Otra forma de meditación es “mindfulness” o atención plena, una meditación desarrollada por el biólogo Jon Kabat-Zinn en los Estados Unidos, que es la más despojada de la religiosidad que acompañaba a las prácticas en Oriente.


“Se amplió el número de profesionales de la medicina y la psicología que aplican mindfulness”, contó Martín Reynoso, coordinador del mindfulness en Ineco, que recibe a pacientes derivados de psiquiatras y neurólogos.

Al hacer una práctica diaria, se consigue una mayor aceptación del sufrimiento humano como parte de nuestra existencia, se desarrolla una atención ecuánime, sin reaccionar, y se le da más importancia al presente”, agregó Reynoso.

También en el Instituto Alexander Fleming ofrecen meditación para los pacientes con cáncer.

“La meditación se aprende como herramienta en la psicoterapia individual o en talleres grupales que organizamos.


A los pacientes con cáncer, -junto con ejercicios de visualización y relajación- les aporta volver a tener la sensación de tener la vida bajo control. Generalmente el paciente con cáncer siente que todo se descontrola al recibir el diagnóstico. Además, se les enseña la práctica a los familiares de los pacientes para que puedan sentirse mejor frente al hecho de sentir que cargan también con la enfermedad”, contó Nancy Ferro, jefa de pisco-oncología del Insituto.

En tanto, en el servicio de medicina del estrés, del Hospital Municipal de San Isidro, ofrecen la meditación con el monitoreo de las funciones cerebrales. “Llegan pacientes con problemas del corazón, gastrointestinales, cáncer, alergias, entre otros, y trabajamos sobre el manejo del estrés. Se los atiende individualmente, pero también participan de talleres en las que aprenden técnicas de relajación psicofísica y meditación”, dijo Daniel López Rosetti, médico cardiólogo a cargo del servicio del hospital público. “Observamos muchos beneficios: la meditación reduce el nivel de estrés, ansiedad, depresión, hay una mejora clínica en las distintas patologías que traen a los pacientes a las consultas”, añadió.
La meditación es un buen recurso frente al sufrimiento por las enfermedades, especialmente las crónicas.

“Cuando tienen una crisis de pánico o de angustia, les enseño la práctica de meditación que le permite concentrarse en la respiración”, contó Estefanía Lafogiannis, médica psiquiatra de ADINEU. “A partir de la meditación, los pacientes pueden buscar las causa de las crisis y conectarse consigo mismo. Después, pueden usar la práctica en cualquier momento fuera del consultorio en que no la estén pasando bien”.